sábado, 21 de agosto de 2010

Desastre veraniego

Continuando con nuestra costumbre de ir informando a quién le interese de nuestros vaivenes, os cuento lo malita que está la cosa en estos momentos por nuestro huerto. Para empezar, da la casualidad de que todos los miembros del colectivo (que en estos momentos es sostenido sólo por tres personas, debido al impedimento estérico originado entre el trabajo, los estudios y las aficiones que requieren compromiso, entre otros factores) decidimos cogernos las vacaciones en el mismo momento, y nos largamos escopeteados de Madrid. Sin embargo, el desastre comenzó unos días antes. Resulta que al excelentísimo ayuntamiento de Madrid le dió por reparar (después de innumerables años) la capa impermeabilizadora que tiene la terraza que estamos usando para albergar el huerto. Esto no está nada mal, porque la verdad es que estaba bastante deteriorada, pero claro, desventajas de ser okupas, a nosotros no se nos informó para nada. El caso es que ahí estaba nuestro huertecito (por fín al completo de plantas, todas muy bonitas, y los tomates madurando ya) cuando llegaron l@s obrer@s para hacer la reparación. Con ell@s ningún problema la verdad (gente mu maja, aún estuvimos tomando una cervecita con ell@s y charlando), pero el caso es que ell@s tenían que empezar cuanto antes y nosotros teníamos que quitar todo lo que teníamos y trasladarlo a nuestro local dentro del edificio. Todo esto justo a 2 días de irnos todos. Pues bien, lo trasladamos todo (gracias a la gente del Dragón en general, que nos ayudó mucho) y nos fuimos, dejando de encargad@s a algunas personas del centro social. Se suponía que se arreglaba el asunto y se volvían a sacar las cosas (a lo sumo una semana, pensamos), pero no, porque al volver seguía todo dentro, ya que ahora que está arreglado, no se puede volver a deteriorar. Claro, cerca de un mes con las plantas en el interior de una habitación en un edificio (que para colmo tiene 2 de las 3 ventanas selladas), desastre total. Cuando volví y lo vi casi lloro. Todo muerto excepto un par de berenjenas que no habían crecido nada desde que nos fuimos, un pimiento, algunas plantas de interior (que ya teníamos previamente en interior, y que al ser de interior estaban bien), el aloe (que resiste a todas las tempestades) y poca cosa más. En fín, tenemos que comenzar otra vez, pero no podemos hasta que no aseguremos el suelo de la terraza.
A todo esto se suma que se nos va un compa de erasmus, y nos quedamos 2 personas, así que si tenéis ganas, tiempo y compromiso, o tenéis algún amiguete o amigueta que sí lo tenga ya sabéis donde se necesita gente (escribidnos antes, que ahora sin plantas no estamos yendo mucho por el huerto).
Con dios

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